SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
Historia
La devoción al corazón herido de Jesús tiene sus orígenes en el
siglo XI, cuando los cristianos piadosos meditaban sobre sus cinco llagas.
En aquel tiempo creció entre los fieles las oraciones al Sagrado
Corazón, a la llaga del hombro de Jesús y a las devociones privadas. Todas
ayudaron a los cristianos a enfocarse en su Pasión y Muerte, de tal manera que
lograran crecer en el amor hacia Él.
La devoción se hizo popular después de la muerte de Santa
Margarita María en 1690. Sin embargo, debido a que la Iglesia siempre es
cuidadosa en aprobar una aparición o devoción privada, la fiesta no se
estableció como oficial en toda Francia hasta 1765.
El 8 de mayo de 1873 la devoción al Sagrado Corazón fue
formalmente aprobada por el Papa Pío IX, y 26 años después, el 21 de julio de
1899, el papa León XIII recomendó
urgentemente que todos los obispos del mundo observaran la fiesta en sus diócesis.
El Papa León aprobó las siguientes indulgencias por la devoción:
- Por realizar la devoción pública o privada, siete años y siete cuarentenas (la remisión de castigo temporal equivalente a lo que se concedería por cuarenta días de penitencia) cada día.
- Si la devoción se práctica diariamente en privado, o si una persona asiste por lo menos diez veces en una función pública, una indulgencia plenaria (remisión de todo castigo temporal por pecados) en cualquier día de junio o entre el 1 y el 8 de julio (Decreto urbis et Orbis, 30 de mayo de 1992).
- La indulgencia toties quoties (para las almas del Purgatorio) el 30 de junio o el último domingo de junio (28 de enero de 1908) en aquellas iglesias donde el mes de junio se celebra solemnemente. Pío X (8 de agosto de 1906) instó a un sermón diario, o al menos durante ocho días en forma de una misión (26 de enero de 1908).
- A los sacerdotes que predicen los sermones en las funciones solemnes de junio en honor del Sagrado Corazón, ya los rectores de las iglesias donde se celebran estas ceremonias, el privilegio del Altar Gregoriano el 30 de junio (Pío X, 8 de agosto de 1906).
- Una indulgencia plenaria para cada comunión en junio, y para aquellos que promueven la solemne celebración del mes de junio ("Acta Pontificia", IV, 388, 8 de agosto de 1906.
Reflexión
El Sagrado Corazón de Jesús siempre ha estado presente en la vida
de los cristianos de diferentes formas, la pasión de Jesús es la que nos lleva
a reflexionar sobre el tema y es que en medio de la muerte de Jesús encontramos
la misericordia y el sufrimiento de su dolor, del derramamiento de su sangre y
al mismo tiempo de que su corazón dejara de latir… situación la cual
físicamente pasó pero es cuando hubo un tiempo en que mayor amor pudo dar a la
humanidad entera
Si el corazón de Jesús de verdad se hubiera detenido es que nos
hubiera dejado de amar y entonces nada de lo que hoy vivimos pudiera estarse
teniendo, el amor de Dios es tan grande y poderoso que nos amó al extremo de
dar la vida por aquellos que nos dejaron, por aquellos que estamos viviendo y
aquellos que vendrán
Debemos aprender de las lecciones de nuestros padres y abuelos
quienes expresaban constantemente por medio de representaciones artísticas y
oraciones vividas su devoción al Sagrado Corazón de Jesús que es parte de la
vida de fe cristiana católica para el bien de todos. La devoción nos recuerda
los méritos de su dolorosa pasión y su amor extremo por nosotros
En mi vida la devoción surgió con la dolorosa muerte de mi abuelo
Reyes Pérez, yo tenía 12 años y mi madre mandó a hacer unos recuerdos de la
oración más fuerte que mi abuelo rezaba en su lecho de muerte y era la del
sagrado corazón de Jesús… todavía en casa después de muchísimos años ese
recuerdo de novenario está en las paredes y me hace recordar la importancia de
su pasión ¡Sagrado corazón de Jesús en vos confío!
Augusto Recinos
Oración
Postrado a vuestros pies
humildemente
vengo a pediros dulce Jesús mío,
poderos repetir constantemente
¡Sagrado Corazón en vos confío¡
Si la confianza es prueba de ternura
esta prueba de amor daros ansío
aun cuando esté sumida en la amargura
¡Sagrado Corazón en vos confío¡
En las horas más tristes de
la vida
cuando todos me dejen ¡Oh Dios mío¡
y el alma está por penas combatida
¡Sagrado Corazón en vos confío¡
Aunque sienta venir la desconfianza
y os obligue a mirarme con
desvío
no será confundida mi
esperanza
¡Sagrado Corazón en vos confío¡
Si en el bautismo que hermoseara mi alma
yo os permití ser vuestra, y vos ser mío,
clamaré siempre en tempestad o en calma
¡Sagrado Corazón en vos confío¡
Yo siento una confianza de
tal suerte
que sin ningún temor ¡Oh dueño mío¡
espero repetir hasta la muerte
¡Sagrado Corazón en vos confío¡
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